marzo 27, 2014

Libro - Hostal Entrópico


 De nueva cuenta tenemos entre manos otra de las publicaciones del Colectivo Entrópico. Se trata de la antología número 14, con la firma de este grupo cultural. En este número hay dos novedades a hacer notar. La primera es que la poeta hidalguense Daniela Flores vuelve a encargarse de la edición y proceso de la realización antología (junto con su hermana Ana Belém). La segunda, que la portada viene con un tono notablemente provocativo, y con una galería fotográfica incluida. Esto ha causado ya voces dentro de la ciudad, e incluso dentro del grupo, que siempre se ha caracterizado por ser incluyente y polifacético. Y eso es de lo que se trata: que se hable de este trabajo. A gusto personal, la portada no me parece estética, y no cumple tanto con ese objetivo de ser polémica... más bien debió ser una de las fotos que vienen en interiores, y que son trabajo de Edson Mateos Alvarado (pág 87, esa debió ser la portada).

En este libro, editado en enero de 2014, e impreso por Fridaura, participan 37 autores, poetas y narradores, hombres y mujeres, jóvenes y viejos. Una vez más, el grupo hace gala de la extensión de las plumas individuales, y nos trae un libro que resulta ser muy interesante. Es necesario hablar de la estética del libro, ya que en esta edición, el trabajo de Belém Flores debe reconocerse por su calidad. Desde la tipografía, hasta el orden y cuidado de los espacios entre líneas, tenemos un libro más pulido que sus antecesores, y con una notable mejora en el trabajo editorial. Sin embargo, es necesario mencionar que hay múltiples errores de ortografía, pero este es el precio de la absoluta libertad con la que se trata a los autores que participan del proceso. Los modelos de las fotografías son Alberto Vargas y una joven que se hace llamar La Tapatía. Dicho esto, hay que hablar del contenido.

Pese a lo que dice el prólogo de Daniela Flores, el contenido dista un poco de centrarse en el erotismo. Más bien es un libro con una notable cantidad de temas, y que se centra en las vivencias personales, hechas relato. Aún así, el sello erótico y burlesco de otras ocasiones aparece con toda su dignidad. Nadie queda decepcionado. En esta ocasión los autores nos traen textos que pueden disfrutarse enormemente, y en algunos casos sorprendernos por su calidad. Un caso excepcional es el de la joven Gracia Paola Sánchez Gallegos (de segundo de secundaria), que o es muy buena o muy burra para pasar de año... ya que nos da un texto llamado "No me dijo" con una calidad notable, y con un relato que vale el tiempo de lectura y re-lectura. Otra de las pequeñas cosas que salen es el primer cuento publicado de Ana Flores, que muestra un talento oculto que estamos aún por descubrir a  totalidad. Como es costumbre, Alberto nos regala cuentos chuscos sobre sus aventuras sexuales, mientras que la poeta Maya Lima cierra el libro.


Las fotografías de interiores son una historia en sí misma, y nos la ofrece Edson Mateos. Ana Luisa Calvillo nos trae unas crónicas de hospital, que terminamos maldiciendo por ser tan breves. Antes de Daniela Flores, que nos engatuza con una de sus sensuales narraciones criminales (Fuego Fatuo), viene un texto mío llamado "La siega de la sangre", de tono provinciano. Marisol Gutiérrez nos da otro de esos textos de resistencia civil y erotismo de la memoria. Entre la narrativa y la poesía, hay un ensayo de Samuel Segura sobre el Pornocráta (vaya desplante de vanidad de Beto en este número). En especial, estos textos merecen una lectura muy cercana (eliminando el mío, obvio), que prueba que los libros underground tienen mucho que ofrecer a la cultura mexicana. Esto no desvaloriza el trabajo de los demás compañeros, que nos entregan trabajos cuidados y entretenidos. Otros escritores que participan en la antología son: Rubenski, Alejandro Reyes, David Rivera, Felipe Gaytán, María Elena Solórzano, Sergio García Díaz, Blanca Estela Roth, Sergio Rivas Solórzano, Ramón Rivera Espinoza y Claudía Irubí. A estos últimos, mis disculpas por no mencionar en extenso su trabajo. Sin embargo, pueden disfrutar de sus textos en eta antología; y a muchos de ellos ya los hemos leido en anteriores publicaciones.


¿Por qué leer este libro? Porque es una muestra ejemplar del trabajo no "profesional" que se está haciendo en esta clase de grupos no oficiales ni apadrinados por alguna instituciones. Porque nos narran historias que podemos leer como vivenciales, como nuestras. Este libro, el 14 de la serie "que el tiempo lo decida", es un pequeño banquete de la literatura mexicana moderna, principalmente del centro del país. Y vemos con gusto como han ido creciendo en el proyecto, y como se ha experimentado la transformación del proceso editorial. Sin duda, y peco de soberbia, es uno de sus libros más completos. Este libro es uno de los más alejados del erotismo literario, y por tanto más lleno de vida. Hay grandes expectativas de la siguiente entrega, que nos dará un libro nuevo, cambiante, lleno de la vitalidad de los escritores que se aferran a seguir creando.

Por último, aunque no por eso con menor importancia, el libro cierra con la sección de Poesía. Sin duda es injusto tratar de hacer un resumen o spoiler de estos textos, así que me limito a nombrar a los poetas que publican en esta ocasión. Muchos de los textos son juguetones y experimentales, y otros nos llevan de la mano a los placeres de la lengua castellana. Querido lector, usted decida sobre estos poemas. En la sección de poesía se presentan también Mauro Hernández, el lúdico Mc BossKabrón con su estilo Hip-Hopero, Salvador Bretón, Edson Mateos, Edgar Elías, Javier Seghura, Carmen Saavedra, José Luis de Gante, Carlos Chávez, Marcial Carreras, Lara Roth, la veterana JessicaGómez Rosas, unos interesantes poemas de Frika, Lucero Balcázar, Jesús de la Peña, Daniela Miriam Hernández, Javier Serrato y Eduardo Soto.

A todos ellos, y sus lectores, mis saludos.

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