enero 20, 2015

Comentario - Hannibal: el origen del mal (Thomas Harris)


Hannibal Lecter es quizá uno de los personajes más siniestros de la cultura moderna occidental (la Pop, pop), y es también uno de los personajes literarios más seductores de la oscuridad de la mente del pensamiento moderno de la modernidad tan modernilla en la que nos desenvolvemos. En este caso, es la creación del escritor estadounidense Thomas Harris, quien ha visto florecer en una tetralogía sobre este personaje, la suma de la fascinación por el mundo de la psicopatía, y en especial de la trama que surge dentro de funcionamiento de su cerebro. ¿Por qué leerlo?, porque no basta con los que se ve en la pantalla. Si bien el trabajo de Sir Anthony Hopkins nos entregó un estético genio carente de limites morales, y con una vitalidad encendida en su perversidad, y Mads Mikkelsen nos ha reconstruido en una elegantísima ave del pantano (una de rapiña, pues) que se reinventa en su oscuridad, ambas versiones son pálidas imágenes del reflejo del verdadero Dr. Lecter. Además, para desentrañar los secretos que estriban en la novela, y que las buenas conciencias no han querido poner en la pantalla grande. No puedo evitar hacer el comentario sobre la traducción del título... que es evidentemente patética por la necesidad de incluir el juicio moralino de "mal", pero bueno, así se vende.

Este libro es el último en haber sido escrito (si no me equivoco), pero es la primera parte de la historia. Se narra el surgimiento del joven Hannibal Lecter, y su transportación a lo que más tarde se convertirá en su leyenda. La novela ocurre en dos tiempos: la infancia y la juventud de Lecter, dando con cuentagotas los detalles que irán forjando la mente de este aterrador personaje. El joven Lecter es el heredero de una tradición aristocrática de Lituania, que por generaciones ha visto el surgimiento de hombres impresionantes, desde Hannibal el conquistador, fundador de dicha casa. El niño Hannibal, octavo en el nombre, ve la llegada de la Segunda Guerra Mundial, empujada por el ejercito invasor alemán y la SS. El brutal invierno y el infortunio le han de arrebatar del seno familiar, en el que se nota a un hombre sensible y brillante, con una familia rica en tradiciones y virtudes. Sin embargo, la guerra es tal cuál siempre ha sido, y saldrá de allí transformado en alguien distinto, alguien que comienza a dejar de ser lo que pudo haber sido en mejores circunstancias.


Siendo huérfano, en el mismo castillo que perteneció a su familia pero que ya está en control del poder soviético, es rescatado por su tío el Conde Lecter, un afamado pintor en Francia, que le da una oportunidad a este joven de recuperar algo de su pasado. Este Hannibal, de trece años, comienza a ser moldeado por la belleza que posee la obra de su tío, y por el seductor personaje de Lady Murasaki, esposa de su tío. Este personaje femenino es central, como siempre lo es alguno en la vida de Lecter, no sólo por su misticismo, sino por la elegancia de su parecencia, de su pasado, y de su refinamiento. Pero esto no puede ser el fin de esta historia. La nueva naturaleza de Hannibal, acompañada del infortunio, llena de nuevas sombras su camino, y comienza a revelar a la criatura que conocemos tan bien. Lady Murasaki y el Inspector Popil (un agente que ha dedicado parte de su vida a perseguir criminales de guerra), intervienen en el nuevo mundo de Hannibal, sospechoso de un asesinato, y lo empujan de nuevo a superar sus límites.

En la siguiente etapa, Hannibal, un joven estudiante de medicina, prodigio del arte, y brillante hombre, combate con las pesadillas que lo atormentan, y con la sombra de su hermana Misha. Así comienza una cacería hacia el pasado, en el que debe enfrentar a los soldados lituanos que cambiaron su destino. Aquí es donde surge el Hannibal que nos ha impresionado tanto, y lleva de la mano a los lectores a este viaje "moral" en la que la justicia cobra una nueva dimensión a través del personaje. Seguir sobre el tema es un spolier seguro, pero este camino lleva hasta el final de la historia, donde el joven, prácticamente exiliado (tanto de Francia, como de sí, y en especial de Lady Murasaki), llega al Hospital Jhons Hopkins, donde comienza la residencia que lo ha de llevar a la psiquiatría.

Esta novela es de lectura fácil, y muestra la madurez del personaje a través de la pluma de Harris, revelando los secretos emocionales del personaje, y parte de la complejidad de su pensamiento. Sin duda es un libro atractivo para quienes tienen interés en el personaje, pero no queda como una obra críptica dirigida para los entendidos en la historia, sino que es una novela completa en sí misma, con un lenguaje muy claro y pasajes breves. No se puede decir que el trabajo de Thomas Harris sea de alta cultura norteamericana, pero es una pieza elemental dentro de la mitología que rodea a este personaje, y que se disfruta sin mayor problema. Sea así, que el lector decida si le causa alguna fascinación esta historia, y si tiene el gusto de adentrarse en el conocimiento de la historia de este personaje aterrador, que si bien reconocemos como un monstruo para la sociedad, también somos incapaces de evadir la pulcritud de su lucidez. Este es el origen de la historia, sírvase de leerla bajo reserva.

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