septiembre 11, 2019

Sureñas, narradoras y poetas de la zona sur



Volviendo a las andadas, y estrenando un nuevo proyecto (Ave Azul), me es grato retomar el blog con este libro en particular. En primera, porque una de las escritoras que participan en dicho proyecto es una persona a la que respeto y admiro, por su compromiso profesional con la enseñanza y con el arte. Y en segunda, porque tras la lectura del libro, me queda un grato gusto por el material compilado por Héctor de Paz, director de la edición. Las Sureñas son 14 escritoras jóvenes de la zona sur del país, entre Veracruz y Quintana Roo, que se reúnen en este libro convocado en 2017 y editado y publicado en 2018 por el Fondo Regional para la Cultura y las Artes de la Zona Sur (FORCAZS). La selección se llevó a cabo por Argentina Casanova, Javier España, Miguel Ángel Ruiz Magdónel y Gustavo Ruiz Pascasio.

Aun con incredulidad de las jóvenes escritoras ante un proyecto que por momentos parecía desbaratarse en el aire, finalmente se pudo completar e imprimir aún a pesar de nuestras heroicas instituciones culturales, y se ha venido presentando en distintas ocasiones en aquellos estados sureños. El 15 de agosto de 2019 las Sureñas se presentaron finalmente en el Palacio de Bellas Artes, tomando por asalto la solemne ceremonia que pretendía dar más espacio al lucimiento de autoridades que a las propias escritoras, todas, donde se regalaron ejemplares a los asistentes, con una nutrida asistencia. Y eso lo agradezco mucho. Se supone que existen versiones ePub y PDF, pero quién sabe dónde estén.

"Y el diablo que no duerme, dice la leyenda, atendió su reclamo: la mujer volvió con un cántaro de barro lleno de agua, apoyado en su cadera a la usanza de las indígenas de la región, encontrando al perro sentado en la hamaca..." Por los caminos de la noche, Bercy Domínguez.


Dicho eso, comencemos a hablar del libro. La colección de autoras mezcla poesía y narrativa a lo largo de sus 166 páginas. Una de las cosas que se notan desde un comienzo es la gran variedad de lenguajes y estilos de las participantes, quienes van revelando sus pequeños mundos a lo largo de la compilación. La obra abre con Ivana Alcocer, de Campeche, que narra un conmovedor pasaje del día de los muertos en los ojos de una niña, un tanto liviano. La siguiente narradora es Selene Caamal, de Campeche, quien presenta una sucesión de relatos románticos sin la menor noción del amor, animalescos, salvajes, intensos. Luego aparece la tabasqueña Bercy Domínguez con un relato injustamente corto, que recupera la oralidad tradicional y le imprime un tono muy bien trabajado a su prosa (espero mucho de ti, eh, Bercy), aunque cerrado abruptamente. Evelyn de Miranda (Veracruz) muestra tres cuentos cortos pero memorables, donde la memoria es algo tangible que duele en cada carácter. Y Daniela Olivares, campechana, entrega un único pasaje de un jardín secreto que se va caminando de a poco.

"Hijos del agua postraos
ante el supremo elemento
quienes alcen los ojos en las últimas horas
han de contar la historia"
Memorias del Agua, Carolina Márquez

Tomado del Twitter de la Secretaria de Cultura: @cultura_mx
Para el caso de la poesía, se abre con Michelle Arrébola, de Yucatán, quien suelta uno tras otro varios poemas de un estilo aligerado, platicadito, pero llenos de una solemnidad certera. La sigue Celia Castro, con una secuencia de cantos y juegos a modo de poesía que dan un respiro de la densidad de Selene Caamal, y que ofrece su obra para niños curiosos. Aparece después la quintanarroence (o algo así) Caissa Janix, con una poesía mística y oculta. Carolina Márquez, que es bajacaliforniana, pero radica en el sur, muestra una obra increíblemente sensorial, sensual al grado de la naturaleza y el fluir como el agua. En el caso de Mónica Olivares se regodea en las metáforas oscuras y vagas de sus textos campechanos. La michoacana Estefanía Reyes deja escapar una serie de poemas melancólicos pero bastante bien hilvanados. En el caso de Liz Saénz, Chiapas, ofrenda pequeños bocadillos de su obra, reducida, simple, puntual. Un caso curioso es el de Alendra André, de Monterrey, quien juega entre la poesía y la modernidad y su alma digital, lúdica. Y Chepy, quien decanta una poesía campesina y es la encargada de cerrar la compilación, natural, que se guía con la tradición y los ojos inocentes de la poeta.

"Sentada entre la alfombra naranja
tejiendo las palabras
en una historia de papiro
porque el corazón se quedó secuestrado
en esta jaula de letras
y no volvió más"
Pájaro de papel, Chepy Salinas

Los comentarios que escribo son vagos y parcos, quizá hasta injustos por ser tan sintéticos, pero esta obra reúne a futuras promesas de la zona sur, quienes tienen propuestas novedosas en el quehacer literario y a las que valdría la pena seguir en sus redes. Es cierto que algunas de las propuestas se sienten incompletas aún, en el camino a desarrollar una narrativa más sólida, más verosímil, pero queda de manifiesto que estas jóvenes mujeres representan a una nueva generación que dará frescura a la literatura desde la zona sur, y que tienen bastante qué decirnos. En particular, si bien varias de ellas continúan en las entidades donde nacieron, las sureñas se enriquecen por la presencia de mujeres que tienen sus raíces en otros estados, lo que es en sí una metáfora del país, un pueblo caminante. Cabe mencionar que estas mujeres expresaron un gran nerviosismo por ser su primera publicación, por lo que como audiencia haríamos muy bien en perseguirlas para que sigan creciendo en la literatura. Podrían traernos grandes sorpresas en el futuro.

Las Sureñas son:

Ivana A. Alcocer Patrón
Michelle Arrébola
Selene Caamal Ríos
Celia M. Castro
Bercy Domínguez
Caisaa Janix
Carolina Márquez
Evelyn de Miranda
Mónica Olivares
Daniela Olivares Arteaga
Estefanía Reyes Arreola
Lyz Saénz
Alejandra Andre Saldamart
Chepy Salinas Domínguez
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...