noviembre 28, 2013

Comentario - Fifty Shades (cincuenta Sombras) I II y III (E. L. James)


Una de la sagas más polémicas de la literatura moderna (o lo que sea) es la serie de libros Fifty Shades (Cincuenta Sombras) de la escritora británica Erika Leonard (Mitchell) James; quien sigue los pasos de J. K. Rowlling al usar un seudónimo neutro que oculta su primer acercamiento al género sexual del autor, por algún motivo. En esta trilogía se narra la historia de dos personajes opuestos, la dulcemente virginal Ana Steel y el depravado y poderoso Christian Grey, que de alguna manera se encuentran en una relación donde la sexualidad y el erotismo tienen el papel principal; o al menos hasta que el aroma a cuero y las cadenas se vuelven rosas. Se trata de una historia que trata de narrar el mundo del Bondage, mediante la percepción de una novel autora de mediana edad, que nos entrega el despertar de una relación y las transformaciones que se originan en todos los personajes debido a ello.
Está demás decirlo, pero lamentablemente no se trata de una historia sobre Sasha Grey, como muchos incautos creímos con el nombre del primer libro. Lo cual no deja de ser tan malo.


Lo cierto es que no se trata de una trilogía, sino de una novela dividida en tres librotes. Los libros siguen el orden de: Grey, Darker y Freed. En estos tomos se va dividiendo la historia romántica de estos personajes peculiarmente sedientos de vida. Y sí, definirlo como una historia romántica es lo más honesto. Se trata en términos generales, tratando de no hacer spoiler a aquellos que quieran leerlo, de la historia de dos personas que se encuentran para alcanzar cierto grado de vitalidad, mientras se enfrentan a su pasado.
Por su lado, la joven Anastacia es una chica recién graduada de la universidad, sin ninguna experiencia sexual, que se encuentra por azares de la casualidad con Christian Grey, un hombre adinerado y elegante que tiene el gusto por el control y el poder. Y ambos encontraran en el otro aquello que más necesitaban, a su manera, y buscarán la manera de que ambos puedan entrar en el mundo del otro. Se trata de una novela con fuerte carga sexual, con pasajes descriptivos pícaros, y con una recurrente invitación al deseo puro. Esa debe ser una combinación ganadora, según E. L. James.


 La polémica que circunda esta novelota en tres tiempos tiene un doble origen. En primer lugar se dice que es una especie de pornografía de amas de casa (mom porn), que mezcla una dulce historia de amor, pero que le da un desenfado sexual notorio,y que introduce de forma tímida los placeres de un mundo donde el poder y la fuerza se manifiestan a través de la carne. A esto se responde que si fuera el caso, existen muchas novelas que realmente abordan el erotismo puro de forma brillante, y que no temen adentrase en las cosas pegajosas y sórdidas del sexo. E. L. James no va más allá de algunas ideas picaronas, y mucho, mucho acto carnal. Se trata de una historia tímida, considerando las pretensiones. En segundo lugar, se habla de si tiene algún mérito literario. En esto, como siempre, queda en manos de sus lectores y detractores. Es indudable que ha sido bien recibida en el mercado, y próximamente en el cine.
La historia no es tan mala, y se puede leer de forma fluida y rápida; quizá en cuatro días, con calma. La parte más sórdida y malevola es el precio de los libros (ya que supera los 600 pesos comprar la obra completa por las buenas), ya que la novela tiende puentes suaves entre los distintos personajes, y su rápida evolución a través de la visita vouyerista de la historia de Ana y Christian. no obstante, los personajes tienen cierto carisma que los hace atractivos; y más cuando se van comprendiendo las dichosas sombras del dichoso Grey.
El primer libro de la "saga" es la introducción de la novela, con una segunda parte en la que las cosas se ponen locuchonas, para terminar en un tercer libro que termina de cerrar la historia.


Si bien esta no es una obra genuina de arte, dicen, tampoco es la encarnación de la chafez.  Tiene muy buenos momentos, en los que los personajes brillan por sí mismos, y que envuelven al lector en la lógica de la trama; y pues no es tan grave que esté dirigida a ese mercado rosa que quiere ponerle un poco de movimiento a las cosas. Pero es prudente mencionar que no va más allá, para lectores que estén buscando una historia con mucha fuerza y desenfreno sobre el tema de la sexualidad de un mundo como el de la dominación, el sexo: sucio, fuerte y sin escrúpulos. La historia de Fifty Shades es una búsqueda de dos opuestos por encontrase, llena de amortz, apapachos, fluidos corporales, y correos electrónicos. Pero bueno, sirve para dominguear y pasar el rato. Además, de poder comprender esas veladas referencias que se pueden escuchar en las salas de belleza.
La historia de Fifty Shades comienza y termina rápido, con un éxito de venta que hace sospechar que la cosa no es tan aventada como se supone en un inicio. Si vale la pena leerla o no, eso no lo sé. Pero es bueno que exista un desarrollo de las clásicas novelas rosas de siempre, que incluso de vez en cuando, le juguetean a esa búsqueda de la intensidad que sólo dos (en promedio) pueden desatar.


Lovers: love. Haters: hate.

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