marzo 12, 2014

Libro - Plegaria a un cuerpo (Daniela Flores)


"Bajo la sombra del árbol del pecado me recuesto a soñar"



Pese a que ya tuve el honor de prologar este libro, he sido tan descuidado que no me había tomado el tiempo suficiente para hablar de él, y de hacerlo bien además. Y eso es una pena, ya que es un libro muy interesante, que no sólo merece la atención sino una crítica decente. En primer lugar se trata de un libro de poesía de una mujer joven a la que tengo la dicha de conocer, y que se dedica a la difusión del arte y la literatura underground, que recientemente ha regresado a editar las antologías del Colectivo Entrópico; trabajo que ya había hecho con anterioridad, dándole mayor seriedad al proyecto. En segundo lugar, es la primer publicación de esta poeta hidalguence que ha sido acogida por ciudad Nezahualcoyotl, y que merece ser leída ya que tiene bastante qué decirnos de lo que es la poesía y su trabajo que ha vendido cuidado desde hace años. Se trata de Daniela Flores, y su poemario Plegaria a un cuerpo. Que en esta ocasión tengo el gusto de comentar de forma más extensa.


"mis trazos te rodearán como hiedras amorosas
y conocerás la paz"



Otra razón para conocer este libro es que se trata de la primera edición de la editorial underground Editorial Patético (editorialpatetico.wordpress.com), ubicada en Neza, y que ha apostado por este poemario como su primer carta de presentación en el mundo de las editoriales autónomas. Se trata de un libro impreso en 2013, de una forma un tanto artesanal, y que cuenta con el trabajo de Edson Mateos Alvarado (Director), Daniela Flores (Editora) y de Ana Belém Flores (Diseño editorial) para la culminación en el nacimiento de este proyecto editorial. El libro se encuentra de manera física en manos de Daniela o la Editorial, cuyos datos de contacto aparecen al final de este mamotreto. La pintura que da portada, y que además usa de modelo a la misma autora es obra de Edson. En el interior hay distintas ilustraciones que acompañan los textos, y que son responsabilidad de este equipo de trabajo, aunque no se puede decir que sean muy estéticas o precisas con los temas que ilustran. El libro trata de ser una obra completa en sí mismo, con una carga literaria unificada, y una propuesta estética en el diseño de interiores e ilustración. Algo que se puede notar es la ausencia de fotografías, lo que es notable ya que Daniela es una fotografa con cierta visión particular sobre lo urbano.

Un comentario adicional sobre esto es que el libro cuenta como una edición de autor, por lo que se enfrenta a un proceso de difución más lento, pero tiene la fuerza de que es impulsada por mero interés personal.

"en la espalda fornida pero delicada
encomiendo mi cuerpo, señor del aire"

El libro ha tardado en madurar, como se puede ver en algunos de los textos (ya que no tienen la misma calidad o estilo), pero Daniela no se arrepiente de su trabajo, o del tiempo que le ha llevado publicarlo, pese a los comentarios que ha recibido al respecto. De hecho, cualquier autor que se respete siente cierto desprecio por su primer libro, ya que lo ve como es en realidad, fuera de los sentimientos interiores que se evocan mientras se va escribiendo Por el contrario, este libro es una muestra breve de su esfuerzo literario, y de toda la dedicación que esta joven periodista siente por su trabajo personal.

             

(Pintura "Daniela en su sillón", de Edson Mateos Alvarado)


El poemario de Daniela trata sobre la existencia, como todos. Es decir, es un recuento de recuerdos y anhelos, vistos a través de los ojos de una mujer que busca encontrar su camino en una ciudad machista y comprometida con la abyección. Quizá por esto es que sus palabras tratan de recuperar el aire de provincia, con cierta nostalgia si se quiere, de la única patria a la que se puede ser realmente fiel, el cuerpo mismo.  Lo que lo hace digno de interés es que un libro que busca ser contestatario a su manera, con un lenguaje simple y directo, que le permita al lector entender con la mayor precisión posible el mensaje que busca transmitirnos. Pero esto no demerita la calidad de sus versos, sino que nos los pone a un nivel más tangible, más humano, menos académico. Claro que esto mismo puede que no sea del agrado de muchos lectores. En lo personal, sus versos llegan a ser un tanto tiernos, llenos de una musicalidad cantadita, pero honestos. Daniela no es una poeta que busca impresionar con un lenguaje profundo y artificial, sino que quiere ser leída, comprendida, ver a los demás identificarse con ella.

Específicamente, este libro habla de una mujer que se dedica a contemplar la vida, desde su propia posición en el mundo y su sexualidad. Se trata de un libro muy carnal. Aunque esto no significa que sea plenamente sexual, o que se deshoje por las referencias puramente físicas. Al contrario, el sexo "de buen humor" nos acompaña para relatar el paso del tiempo, la búsqueda y encuentra de los amantes. De por sí, los poemarios escritos por mujeres se encuentran con ese prejuicio, o problema, de la reflexibidad interna, pero no debe ser un estigma que se lleve a lo largo de estas páginas. Es un poemario sensorial y sexual, lleno del gozo del contacto de otro cuerpo que de las caricias. El sexo se vuelve una excusa para hablar entre líneas de lo que sucede entre las personas que se encuentran en su propia intimidad desvergonzada. Las palabras de Daniela nos recuerdan que hay una lado espiritual en el sexo, y que puede ser más poderoso que el simple placer sensorial, ya que nos define de alguna manera ante el otro, y por tanto, ante nosotros mismos.

Esta poeta es una mujer joven, una que canta a los cuerpos y a la energía que emana de sus sexos por fin encontrados (o al final de la búsqueda), que nos deja entrever en sus letras lo que la ciudad le ha hecho. Porque además, su poesía nos remite a la urbanidad, en particular una llena de melancolía y anhelo. El sexo se vuelve también una forma de supervivencia. Los amantes no están tan jodidos sin al final pueden encontrase idénticos (y un amante puede se cualquiera, lo que sea). Quizá peco al decir que sus poemas son un verdadero canto femenino ante su propio cuerpo, pero me queda esa satisfacción de poder alcanzar a descubrir en su lenguaje a la poeta dentro de la mujer, a la mujer dentro de la mujer. No es correcto leer sus versos como si fueran descripciones crudas del preámbulo de lo sexual, ya que nunca se aborda el acto en sí mismo, sino como un futuro o un pasado, siempre inminente pero lejano.

En la lectura de sus poemas se puede ver a una autora que busca ser polémica en sus textos. Pero no exhibicionista, y sin abusar de la retórica o de las figuras literárias. No abusa de la sensualidad, sino que la convierte en cómplice de sus palabras. Esta autora busca usar el sexo, su sexo, su lengua, como una herramienta que pueda tocar a las personas, que les muestre que no hay vergüenza en su naturaleza, y que hay una forma estética genuina en hablar de ello. Sin embargo, no deja de ser una mujer. Esto quiere decir que ve a la sexualidad como ve al mundo, y que no es una finalidad sino un medio. Daniela nos dice que piensa en el acto carnal, como la completa, más que decirnos a qué sabe o como termina. Por eso es que es un libro interesante. Este poemario no busca ser una llama en la paja, sino que trata de mostrarnos que el fuego pervive debajo de las uñas y entro de los huesos.                                                                     Claro que el poemario pudo haber sido madurado más, o que el lenguaje y las imágenes pudieron ser más nítidas, o más directo y descarnado, y pasional y sucio. Pero eso no es lo que nos escribe Daniela en las páginas que componen su prima opera. Es un libro sensual, no erótico. En el futuro leeremos a una poeta más despreocupada, más sugerente, menos ingenua. Y esto es lo que podemos ver en este poemario, una mujer que se descubre capaz de hablar de ella misma y de su sexualidad, pero sin llegar a lo vulgar, o a lo descarado. Daniela nos muestra que hay una fibra poética muy fuerte dentro de ella, y que se dedica al canto de la pasión y el cuerpo, más que del acto. Su poemario es la alabanza al templo del placer, más que al placer mismo; del que parece no acordarse nucna. Se trata de su primer libro, lo que en sí es todo un logro en este país pitero.

Estas son las razones que tengo para decirle a los demás que vale la pena ser leída. Una aventura a algo que viene. Si me equivoco, no puedo negar la posibilidad. Este poemario es el preámbulo de una obra que puede enriquecernos en algún grado. La experiencia, y las críticas, harán de esta mujer una mejor poeta, una mujer con menos trabas y con más intensidad en su trabajo. Quede en usted, lector, la opinión que tenga al respecto.
                                   
"Y esta es la plegaría que ofrezco,
porque yo,
en este mundo,
no tengo más"
 Contacto:
editorialpatetico@gmail.com


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