Nostalgia de la tarde
Por Ney Antonio Salinas Domínguez*
Un recuerdo en medio de la tarde
La palabra se diluye en una telaraña de luz
La tentación es una sombra al final de la calle,
una melodía que se niega al remo del cierzo;
delinea un rostro en lamento,
un instante pleno de silencio
II
Hubo un latido, como un péndulo
Un tiempo de presagios que devino en espera
Un día que no está en ninguna efeméride
Luego, permanece este olvido
Mi calle, a mitad de la memoria
es un blues, una ausencia
III
Un rumor;
una voz en gestación...
La palabra nace y se hace
Luego, es piedra milenaria, es lengua
Después, un suave aletear en el cristal del cielo.
El esbozo de un pie sobre la tierra virginal
Es el recuerdo en busca de la palabra
IV
Una gaviota parte mi cielo –blanquísima–,
abajo, lago inmutable la palabra aguarda
Camino y desando el espacio entre las columnas
Jamás se va ese silbido, va y viene
Es la voz del viento diciendo mi nombre
A veces escondo mi voz dentro de las voces de la lluvia
V
Soy la veta dentro de la palabra no dicha
En sus entrañas hay canción y silbido
Un amanecer: la promesa del libro infinito
Y en sus páginas, la lluvia
Las calles de mi pueblo en lodazal
(ya es tiempo de agua)
VI
El viento dice la palabra y existo
Descubro el cincel en mis facciones
Emerjo de la piedra y del sueño
La memoria es un jardín marchito:
afuera, allá donde el monzón es agosto
Yo, pronto saldré a reconstruir pétalos
Por Ney Antonio Salinas Domínguez*
(Breve estancia en The Wind’s Playhouse Theatre)
IUn recuerdo en medio de la tarde
La palabra se diluye en una telaraña de luz
La tentación es una sombra al final de la calle,
una melodía que se niega al remo del cierzo;
delinea un rostro en lamento,
un instante pleno de silencio
II
Hubo un latido, como un péndulo
Un tiempo de presagios que devino en espera
Un día que no está en ninguna efeméride
Luego, permanece este olvido
Mi calle, a mitad de la memoria
es un blues, una ausencia
III
Un rumor;
una voz en gestación...
La palabra nace y se hace
Luego, es piedra milenaria, es lengua
Después, un suave aletear en el cristal del cielo.
El esbozo de un pie sobre la tierra virginal
Es el recuerdo en busca de la palabra
IV
Una gaviota parte mi cielo –blanquísima–,
abajo, lago inmutable la palabra aguarda
Camino y desando el espacio entre las columnas
Jamás se va ese silbido, va y viene
Es la voz del viento diciendo mi nombre
A veces escondo mi voz dentro de las voces de la lluvia
V
Soy la veta dentro de la palabra no dicha
En sus entrañas hay canción y silbido
Un amanecer: la promesa del libro infinito
Y en sus páginas, la lluvia
Las calles de mi pueblo en lodazal
(ya es tiempo de agua)
VI
El viento dice la palabra y existo
Descubro el cincel en mis facciones
Emerjo de la piedra y del sueño
La memoria es un jardín marchito:
afuera, allá donde el monzón es agosto
Yo, pronto saldré a reconstruir pétalos
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*Ingeniero en Planeación y Manejo de Recursos Naturales. Nació en Tiltepec, Jiquipilas, Chiapas, México, el 13 de Agosto de 1979. Narrador y poeta. Publica en diversas revistas nacionales y suplementos; cuento, relato y poesía. También cultiva el género de novela. Ha cursado estudios en países como Canadá, Estados Unidos, Alemania, Cuba y España. Autor el Retorno y otras Nocturnidaes.
http://levedadlunar.blogspot.mx/2013/09/libro-el-retorno-y-otras-nocturnidades.html
https://www.facebook.com/ney.antonio.salinas