Muchos libros son llevados en la actualidad a las pantallas de cine, y más tarde formateados para televisión, indiscriminadamente. De esta forma, las historias que surgen desde la humilde pasta de papel llegan masivamente a una audiencia sedienta de emociones. Si esto es bueno o malo, no lo sé. No me interesa. En todo caso, la mayoría son libros que han sorprendido a alguien, o que simplemente han tenido la suerte de cruzarse en el camino de las personas adecuadas. En el caso de esta novela corta, y que el legendario Hayao Miyazaki llevó al cine gracias a Studio Ghibli, tenemos una excelente obra literaria, atemporal y para todo público. La emoción al leerla es propia de la primitiva infancia, que disfruta de sus capítulos con la inocencia de una de las más tiernas novelas infantiles, que es la primera de una trilogía. Se trata de una novela con un castillo, un mago y ¡un demonio de fuego! Sólo eso basta para decir.
En esta novela se puede disfrutar de un mundo donde la magia es algo común, y útil. Un reino al estilo europeo de fantasía que existe en el país de Ingary que vive inmerso en la necesidad de sus costumbres semi-medievales, pero con toques que rayan en la modernidad. Para gusto de los lectores, la novela es distinta de la película. La película de anime es fantástica, debo decir. Tiene un guión precioso que ablanda el corazón de sus espectadores, y que nos sumerge en la mente de esta autora y en la lucha contracultura de Miyazaki. La historia del libro toma caminos muy diferentes. Gracias a la maestría de Miyazaki, quien escribió y dirigió la cinta, no podemos quedar decepcionados ni con la película ni con el libro. Hay que disfrutar de ambas experiencias, por separado, sin hacer comparaciones.
La novela parte del deseo de un niño real, según confesó su autora, de que se escribiera una historia sobre un castillo móvil. Y como ocurre de vez en cuando, ese deseo se cumplió más tarde a manos de esta escritora británica. La novela nos cuenta la aventura de una joven aprendiz de sombrerera llamada Sophie Hatter, que por razones del destino (Sería horrible adelantar cualquier spoiler) se encuentra al castillo del temido mago Howl en su camino, el devorador de corazones de señoritas hermosas. Allí aparecen los entrañables aprendiz Marco, Cálcifer y Cabeza de Nabo. En el caso del libro, la historia del mago Howl nos deja entrar en su mundo, en su forma verdadera, que asombrara a más de un niño. Y qué decir de Suliman. Y juntos, todos los personajes que se encuentran, nos revelan el misterio del la bruja del Páramo.
El castillo ambulante, de Wynne, es una excelente lectura para los pequeños y los adultos, ya que la lectura de sus páginas es bella e ingeniosa, así como complicada y profunda. Pecaría de vanidad al elevar esta novela al nivel del niño viajero de estrellas de Saint-Exupéry, pero no debe andar muy lejos. Es la historia de la búsqueda de la vida, que en manos de los pequeños les mostrará las virtudes de la aventura y la confianza, de la aceptación y la valentía, y a los mayores les recordará que hay sitios dentro de uno donde no se extingue la magia. Cualquiera que sea la circunstancia, o el motivo, es una novela que se debe leer.