agosto 25, 2014

Comentario - Las edades de Lulú (Almudenas Grandes)


Siguiendo con el vivoréo de libros, y dado que se terminó la pila de mi lector en momento inoportuno, y que en el otro dispositivo están mis libros de lista de espera por orden alfabético de autor (porque obviamente uno sólo no es suficiente), ha llegado la hora de hablar de la novela erótica "Las edades de Lulú", de la española Almudenas Grandes. Esta novela tenía tiempo en mi lista de espera, aunque más que por la noción de ser una novela erótica, por las referencias externas que por la novela en sí misma (hasta película tiene, 1990). Y no sé si la espera valió la pena, o qué pasó al final. Se trata de una novela corta (unas 194 páginas, con el prólogo de la autora; en la re-edición de 2004), ordenada de forma cronológicamente, que narra de manera muy cruda y directa las experiencias sexuales de una mujer madrileña llamada... nah, a quién carajos le importa eso, baste decir que es la famosa Lulú; nombre un tanto chocante. No es cierto, se llama: María Luisa Ruiz Poveda y García de la Casa. En mi opinión, es mucho mejor el título de "Las edades de Luisa"... pero bueno.

La novela es el relato de los recuerdos de una mujer, y las consecuencias que estos han de tener en su vida como mujer adulta, ahora que ha llegado a los 31 años, se encuentra separada, tiene una hija de cuatro años, y se va abriendo sola al mundo del placer sexual y el morbo. La llamada Lulú es una chica que ha crecido en el seno de una familia convencional española de nueve hijos, y por convencional quiero decir que está sujeta al misticismo retrograda de la moralidad española del siglo XX -poco afectuosa, anti-científica y políticamente alineada a los cánones católicos-; en especial si se tiene en cuenta la falta de honestidad humana dentro del núcleo familiar -me han contado-, que van a deformar el sentido de afecto de esta jovencita. Ella cuenta con un hermano (Marcelo), y otros siete que apenas se mencionan, que tiene un amigo llamado Pablo, profesor universitario y poeta -o eso dice la autora como guiño a algún amorío, porque nunca se ve esta faceta del personaje en la novela-, al cual desarrolla un lazo emocional muy fuerte. Así, sucede que en alguna temprana edad (quince años), esta chica, a la que se llama Lulú de forma insoportable en toda la novela, termina descubriendo los goces sexuales con el hombre deseado, Pablo, lo que habrá de convertirse en el recuerdo más vívido de su sexualidad, y en su modelo fantasioso a través de varios años. El relato es desenfadado y directo, hablando de las partes y las poses, y todo lo demás que es sucio y divertido, sin el menor recato. Una novela que ha sido muy duramente criticada por el contenido erótico-pornográfico, que algunos acusan de asqueroso y otros, supongo, de genial; y por la que ganó el premio de la Sonrisa Vertical -If you know...-.



Con el paso de los años, y separados estos dos personajes por el curso de sus vidas, ambos terminan reencontrándose en el futuro, mientras que Lulú queda prendada por completo de ese hombre imaginario que le ha desvirgado. Así, de forma mágica-casual, se reencuentran, y ambos siguen donde habían quedado antes, por lo que terminan casados, engendrando una niña, y separados de nueva cuenta. Las fantasías de Lulú son muy vívidas y llenas de goce, y también de tabúes y otras "perversidades" que llevan a presentar la complejidad de la sexualidad desde la perspectiva de una mujer moderna en nuestra época. Sin embargo, estás fantasías abordan tópicos que otras novelas no, por lo que resulta muy interesante que integre el mundo de la homosexualidad, el travestismo, y la ambivalencia moral de los personajes que llegan a esas experiencias, y el cómo reaccionan en ellas. Este punto me parece muy rescatable, ya que le dota de cierta fuerza a la historia, que por momentos llega a descansar completamente en la descripción sexual más que en la profundidad de la historia. No obstante, también hay mucho que considerar en contra.

La novela arranca con un pasaje de sexo homosexual y bondage, lo que sirve a antesala al relato que lo precede, a la claridad con que la autora va a hablar a lo largo de sus páginas, y de alguna manera de la liviandad de Lulú frente al sexo, todo el sexo, cualquier forma. Posteriormente se presenta a los personajes, y la natural forma de relacionarse de estos en la juventud directa, que son Lulú, su hermano y el mejor amigo de su hermano, Pablo. La narración está llena de detalles físicos y sexuales, hasta el hartazgo si se quiere, y desborda en la intensidad del relato, aunque no siempre termina de convencer la veracidad de la historia que sostiene a la novela, dado que parece que no hay el menor recato moral (lo que en la historia que se lee no es completamente creíble, pero en la vida real muy aceptable como cierto; vaya ironía). Cada pasaje relata una serie de experiencias distintas, que van marcado el despertar de la sexualidad de Lulú, y que además le van empujando hacia las partes más oscuras del sexo, y las relaciones entre quienes lo realizan. La novela aborda el mundo de la promiscuidad, la ligereza sexual, y el contacto de distinta clase de personas: homosexuales, prostitutos, trasvesties, etc., etc., etc. Lo que se ira viendo en el desarrollo de la novela, en el que la inmadurez y la inocencia se vuelven un peligroso punto débil para Lulú, quien poco a poco va siendo arrastrada a un mundo del que no le va a gustar ser parte. Un punto interesante, y que se ha hecho énfasis en su significado, es la la cosificación de Lulú, y la relación que guarda frente al patriarcado machista... Yo no opino nada al respecto por ser políticamente correcto, pero concuerdo en que algo hay de eso.

Esta novela es importante dado que al ser publicada en 1987 en España, da cuenta de la liberación literaria de ciertas etapas históricas y culturales en ese país. No obstante, tiene pequeñas grietas en la profundidad de la historia que dejan que cada capítulo pase de manera un poco intrascendente, hasta que se va acomodando la historia en general. Aunque rumbo al final se siente el cambio de la atmósfera, y el despertar de Lulú a ese mundo del placer descontrolado, pese a todo, y sin ningún interés más que el sexo mismo, hace que el lector asuma un posición moral frente a lo que lee; cosa que le va a salir muy cara al personaje central. El lenguaje es en general muy claro, y recopila algo de los usos modernos madrileños del idioma, que son un poco chocantes (como leer chilanguismos). Sin embargo, no llega a ser tan vulgar como se le acusa, y es un poco hipócrita acusarla de ser una novela de mal gusto. Por el contrario, guarda mucha dignidad en el lenguaje, aunque no podría decir que es una obra maestra del castellano. Es sexo explícito, tal cual es. Así que no pasa nada, pero tampoco deja mucho.

Una novela más en la que el sexo es el motor y fin, entre otras tantas, que quedará en el juicio de sus lectores. Que deja una idea interesante: si es tan espantoso hablar de sexo de manera tan directa ¿por qué tanto auge mediático? En fin... nadie sabe, pero seguirá habiendo, cada vez más. Esta novela, es parte de las bases de este tipo de literatura en español, y se puede distinguir por la franqueza ruda con que habla de ese mundo que todos sabemos que existe, que todos participamos de alguna manera, y del que sin embargo, nos seguimos espantando, aunque sea por quedar bien en el imaginario de lo moral-moderno.

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